Un día cualquiera, nos disponíamos a entrar en nuestra clase pero... Susana no nos dejó entrar, nos dijo que esperásemos en silencio en la fila por fuera mientras ella entraba. Estábamos impacientes, no sabíamos lo que tramaba nuestra maestra. Contó hasta tres y nos dio permiso para entrar... Lo que encontramos fue tan mágico que no se puede describir con palabras, mejor veamos una imagen. Nos quedamos alucinados. Realmente Susana había querido entrar antes para ver qué caritas poníamos al encontrarnos con el enorme cohete que había montado con una caja de nevera. Lo pasamos genial en el rincón: nos disfrazamos de astronautas, hacíamos la cuenta atrás desde el 10 al 0, despegábamos y llegábamos a Júpiter, a Marte o a cualquier planeta al que nos llevara nuestra imaginación. Luego salíamos de la nave, llgábamos a un planeta y nos encontrábamos con otros compañeros disfrazados de extraterrestres con sus antenas y todo, caminábamos con nuestra mochila como si